Para ella, nosotros somos sus hijos y como tal nos protege de todo mal y peligro. Asimismo, siempre escucha nuestras súplicas y se encarga de favorecernos.
Virgen amada del Monte Carmelo, conduce y apiádate de tus hijos que claman a ti desde el purgatorio.
La costumbre carmelita, manifiesta que siendo una fecha como el 16 de julio de 1251, la virgen del Carmen se le apareció al llamado Simón Inventory, quien era un standard top-quality de la Orden, a quien le concedió su traje religioso y el escapulario, que es el principal símbolo del culto mariano de la orden carmelita.
¡Virgen Santa! Durante toda mi vida habéis sido mi tierna Madre; Vos me habéis obtenido gracias sin número en todos los peligros y en todas mis penas, y Vos no me abandonaréis en la hora horrible de mi muerte. Mas hoy os pido una gracia especial, como bondadosa consoladora de los afligidos, y es la de que tengáis piedad de las desgraciadas almas que el reato de culpas retiene cautivas en el fuego del Purgatorio. Vos, amantísima Reina del Carmelo, me habéis permitido que os llame mi buena y dulce Madre: sedlo también de las infortunadas almas por las cuales yo suplico a vuestro corazón tan compasivo.
Pon tu persona entera en manos de María. Acércate a ella como a la maestra más sabia, como a la virgen más prudente. En una palabra, pórtate con ella como corresponde a un hijo que se precie, y comprobarás por experiencia que ella es la madre del amor puro y de la esperanza santa, que te colmará de toda gracia de camino y de verdad y te alumbrará con toda esperanza de vida y de virtud. La Virgen nunca se cansará de alcanzarte las gracias necesarias para que perseveres en la auténtica piedad.
¡Dios Todopoderoso y Eterno! Porque es tu voluntad que recemos por las Almas del Purgatorio, yo te ofrezco, por medio de las manos sin manchas de María, todas las Santas Misas que se celebran hoy, por tu gran honor y por la redención de las Almas del Purgatorio. Con humildad te suplico que borres sus culpas por los méritos demasiado valiosos de tu Hijo muy Amado y ten piedad de ellas.
Dejaos conmover por mis lágrimas y mis plegarias, para que los sufridos lamentos que parten de aquel lugar de tristeza y de miseria lleguen hasta Vos, y, cual piadosa medianera entre Dios y las almas que están allí detenidas, obtener su pronta liberación. Esta es la gracia que os solicito ¡oh Madre de Dios! y que os ruego concedáis really a vuestros hijos.
La Virgen María es una figura importante en la religión católica y se le atribuyen muchos títulos y advocaciones. Uno de ellos es el de «Virgen de la Misericordia», quien intercede por las almas del Purgatorio.
En conclusión, la oración por las almas del purgatorio es una práctica essential en la fe católica que nos invita a expresar nuestra solidaridad y amor hacia aquellos seres que oración virgen del carmen por las almas del purgatorio aún se encuentran en proceso de purificación. A través de nuestras plegarias, podemos brindarles consuelo y contribuir a su liberación de las penas temporales que enfrentan. Estas oraciones nos recuerdan la importancia de la misericordia y el compromiso con nuestros hermanos en Cristo, incluso más allá de su vida terrenal.
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Al unirnos en esta devoción, honramos la memoria de los fieles difuntos y fortalecemos nuestro propio vínculo con Dios, quien en su infinita bondad permite la intercesión en favor de estas almas. Así, la oración por las almas del purgatorio se convierte en una práctica que fomenta la unidad y refuerza nuestra esperanza en la vida eterna. ¡Que nuestras plegarias sean siempre un bálsamo de amor y esperanza para aquellos que han partido antes que nosotros!
Nos gloriamos en llevar tu santo hábito, que nos hace miembros de tu familia del Carmelo, por el cual tendremos tu poderosa protección en la vida, en la muerte e incluso después de la muerte.
Te encomendamos especialmente a aquellas almas que no tienen quien ore por ellas, a las almas olvidadas y Oración a la Virgen del Carmen del Monte Carmelo por las Almas del purgatorio abandonadas. Que tu amor y tu intercesión les brinden consuelo y esperanza en su camino de purificación.